miércoles, 8 de julio de 2009

las gordas

Cuando le comenté a Pedro que estaba ultimando mi plan, me confesó que se había tirado muchas veces a su mujer pensando que era Laura y que tenía muchas ganas de hacer realidad esa fantasía. Pedro le diría a su mujer que se iba a cenar con unos amigos, y vendría a nuestra casa a la hora convenida con el cameraman. Yo le dejaría las llaves de casa, para que pudieran entrar y la cámara junto a la puerta. Mientras le dije que iría preparando a Laura, veríamos una película porno y cuando ya estuviera caliente la llevaría a la cama, la ataría y le vendaría los ojos. Ni que decir que esto no iba a hacer falta pues Laura estaría esperando a su Alfonso completamente caliente. Después, haría una llamada a su móvil, que sería la señal para que subieran y entrasen en casa sin hacer ruido. El se desnudaría en la planta y ellos vendrían a nuestra habitación, y que después de disfrutar un rato de Laura, se irían tan sigilosamente como habían venido.

Y así fue el día señalado. Con Laura ya caliente y atada pensando en follarse a Alfonso, llamé a Pedro. Laura estaba todavía en ropa interior, un sujetador, unas bragas y un liguero que le hacían parecer una auténtica puta… a los pocos minutos de llamar Pedro estaban ya en la habitación, él desnudo y completamente empalmado, deseoso de disfrutar de semejante regalo y su amigo con la cámara en ristre. Cual sería mi sorpresa cuando me percate que su amigo era un negro bastante barrigudo.

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